Escribirte es un tanto
ilógico. Te estoy pensando cuando aún ni te conozco. Qué loco, saber que por
ahí andarás, tal vez ahora cocinando su plato preferido… me da un poco de celos
que todavía no sepas el mío. ¿Sabrás ya que ella es tu amor equivocado?
Escribirte es un tanto alocado. ¿Cuántas historias viviremos antes de encontrarnos? ¿Sabés? A veces me canso de ir probando, ayer creí que eras él, pero fueron las ganas de tenerte que me traicionaron. Me está pasando seguido…
Tengo miedo de que no existas, escribirte sería un tanto siniestro en ese caso.
Ya no quiero imaginarte… ¿Te gustará tanto como a mí el arte? ¿Compartiremos los mismos ideales? Qué raro me resulta pensarte… me faltan las formas de tu figura para personificarte.
Escribirte es un tanto impensado. Te busco en cada beso, en cada abrazo. Me doy cuenta de que no sos vos… ¿por qué el retraso?
Ok. Supongo que al ser también impuntual no tengo el derecho de recriminarte. Casi genero nuestra primera discusión sin que puedas enterarte.
Escribirte se me está tornando complicado, realmente. Creo que voy a parar, ya empiezo a sentirme demente.
Espero que el tiempo nos disponga un encuentro. Cuando sea el momento, ahí te espero. Ya quiero saber cómo vamos a conocernos, ¿Será de esas historias que con nuestros hijos compartiremos?.
Bueno, deseame suerte. En dos horas tengo una cita y tengo que arreglarme.
¡Pará! No tenés por qué celarme. Quién te dice hoy es por fin el día para dejar de
pensarte, y con tu silueta toparme. Me voy, todavía tengo que maquillarme. Qué
bueno es todavía tener tiempo de equivocarse.