miércoles, 25 de marzo de 2020

Por qué me gusta tanto coger

Se siente puro y veraz.
Nos dejamos llevar.

Una fuerza mayor que nos somete y obliga a ser entrega y conexión.

Me encanta escucharte gemir mientras te apoyo las tetas.
Sentirte bien adentro.
Mirar tus caras sin que te des cuenta.

Quiero cogerte fuerte y a la vez despacio.
Que no se termine ese momento.
Eternizarte los pocos minutos que dura el acto.

Te juro que, aunque romantice el sexo, no significa nada más que eso
Sentirnos mutuamente empapados de transpiración y deseo (y de fluídos de nuestros cuerpos).

Me encanta garcharte como si no hubiera más nada
Me moja pensarte a la siguiente mañana
Repasar cada detalle, sentir como me acababas

En un momento de vulnerabilidad extrema
Te veo disfrutando y mi pulso se acelera
Con fuerza nos agarramos los dos
Intensos los roces, si me dejás nos llevo yo

Disfruto tanto que lo decoroso se deshace
Nos volvemos vulgaridad
Me encanta chuparte
Mucha baba, descontrolarte

Volverte loco y dejarte hacerme lo que se te cante
Realmente me gusta cómo se te ocurre tocarme
Cada sensación es nueva, corro riesgo de acabarte

Se termina el acto y ya empiezo a extrañarte
Contando los segundos para otra vez darte
Y hacer lo que nos quedó pendiente antes

Cada oportunidad de garcharte se hace más tentador
Imaginarte haciendo todo lo que, por desesperados, no se dio
Qué buena dosis de orgasmos nos regalamos los dos

Un intercambio de reciprocidad humana que nos sale de las entrañas


Se siente mojado y sobrenatural.
Qué lindo fue hacernos volar.