martes, 5 de diciembre de 2017

Sensualidad y feminismo

Siempre me hizo ruido la frase "le gusta calentar" que usan para referirse a una mujer que se muestra sexy. Esa forma de pensar, que ni siquiera sé si analizan o simplemente parafrasean lo que dijo alguien que alguna vez escucharon, me genera bastante disgusto. Y como es de esperarse, tengo que hacer texto lo que me da vueltas en la cabeza y pienso al respecto. Voy a referirme a la mujer exclusivamente, por el simple hecho de que soy una, y solo puedo (y me gusta) hablar desde mi experiencia. Lo que no significa que no defienda los mismos derechos, sobre lo que hablaré, para el hombre.
No me gusta el lugar en que pone a la mujer esta forma de ver las cosas, significa una conducta resultante de posturas totalmente arcaicas. Siento que no deja avanzar a la sociedad, que nos remitimos siempre al pasado, que no aceptamos nuevas formas de obrar, que no nos adaptamos a tiempos en los que la mujer está ganando el lugar que siempre tuvo que tener: simplemente el lugar en donde se nos escuche y se nos respete.
Sostener que alguien del sexo femenino que se manifiesta sensualmente lo hace "para provocar", es, para mí, quitarle identidad propia, y aun peor, afirmar que la mujer solo actúa en relación al hombre. ¿Realmente estas personas creen que el único motor que nos mueve es gustarle al sexo masculino? ¿Tienen idea de la cantidad de posibilidades que descartan sin darse cuenta? ¿Perciben lo limitativo que eso suena? Dejan por fuera un mundo de realidades que seguramente desconocen. ¿No puede una exhibirse por puro ego, por ejemplo? O por trabajo, o porque sí, ¿por qué no?.
Creo que se mal entiende muchísimo este actuar de las mujeres y presta a bastante confusión este creer que funcionamos en cuanto gustamos al otro. Sí me banco un "cómo te gusta mostrarte sexy, eh" o "qué sexual que sos nena" o "¿tanto te vas a amar?". Sí. Todo eso sí porque ahí estamos hablando más de un empoderamiento que de una subyugación (leer "Cosificación por libertad sexual" en mi blog para entender más a qué me refiero).
Otra cosa que me sorprende es la cantidad de personas que se espantan cuando una mujer se muestra así sin estar bajo la formalidad de un trabajo, una marca que la respalde, etc. Pareciera que una entidad capitalista nos validara a mostrar nuestro costado sexy, y fuese totalmente rechazado este comportamiento cuando surge desde la propia voluntad... ¿Perciben lo absurdo del asunto?.
Banco totalmente cualquier tipo de expresión que surja desde la voluntad propia y despoje de cualquier mandato u estereotipo social. Banco mucho la autenticidad y el respeto mutuo. Y todas mis fotos, escritos, o cualquier otra forma de expresarme siempre van a estar cargados de todo eso, y, por supuesto, de mucha, muchísima sensualidad que es toda mía y para mí, y si de paso les gusta, bueno, pasaría a ser una consecuencia más que un fin.
En definitiva, redefinir el término evidentemente sigue pareciéndome la mejor solución. Un "tanto te gustas" en vez de un "tanto te gusta calentar" me parece un cambio de perspectiva gigante. Empezar a desligar el accionar que tenemos las mujeres de lo referido a lo que les gusta a los hombres me parece de fundamental importancia a la hora de poner en marcha la equidad de géneros que busca lo que entiendo yo por feminismo, que es, a fin de cuentas, el que me lleva a cuestionarme todo este tipo de asuntos.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Ella es poesía

Tengo que escribirla.
Y que se entienda con esto que digo que abarco todas las acepciones de la palabra.
Tengo que escribirla a ella, para ella, y sobre ella.
Todas las preposiciones sobre su nombre.
Todas las tildes sobre sus curvas.
Todos los puntos para cada uno de sus límites (si los hay).
Todas las comas donde se me permita seguir inspirándome.
Es que ella es eso: inspiración.
Tengo que escribirla.
Me imagino las letras en su cuerpo como tatuajes de la poesía que inspira.
Surgiendo cada letra, cada frase por el mismo cuerpo que las lleva.
Fuente de toda imaginación, inspiración y fantasía.
Es que mujer ¿sos consciente de tu propia anatomía?
Dibujaría un paréntesis en tus pechos con mis manos
Trazaría fino con mi lengua toda tu silueta
Haría comillas con mis dedos a ambos lados de tu mujería
Dejándote marcada toda la historia, haciéndote historia.
Condenándote a ser eterna en tu cuerpo, en tu memoria, en tu propia poesía.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Un café conmigo

No me sale escribir a pedido, tampoco escribir mucho. Me sale lo que me sale cuando lo siento, si no no logro combinar las palabras. Tal vez por eso jamás pueda lanzar mi propio libro.

No sé hacerlo con una frecuencia impuesta, probablemente bajo presión nunca escriba nada. O escriba lo peor que haya existido.

Me acalora admitirlo pero no tengo ninguna inspiración y cuando preguntan por mis referentes nombro autores que olvidé pero que alguna vez he leído. Sí, olvido hasta mis libros preferidos.

Nadie me inspira. Escribo porque necesito.

Jamás sé sobre qué se va a tratar. Me entero prácticamente con ustedes, me leo a la par. Escribiendo me descubro y me describo.

Escribir es como tomarme un café conmigo.

Probablemente sea la primer escritora que no entienda nada de lo que es escribir.

"¿Escritora? ¿De verdad te vas a definir así?"
Para mí serlo es mucho más que tener algo publicado, o haber leído todo, o haberte inspirado en alguien. Me digo escritora por el simple hecho de que escribo porque existe un impulso que no puedo contener.

Escritor es todo aquel que escribe porque no puede no hacerlo.
Mal o bien, guste o no, por o para quién.

- Un placer, gorda.
- Lo mismo digo, yo pago el café.