jueves, 27 de junio de 2013

Me niego

Un poco de vos me tiene mal, el resto está bien como está. Eso que me inventé de vos me tiene sin descanso, confesando que ya me robaste un sentimiento estoy dejando al amor mal parado. No puedo amarte sin primero haberte amado. O será que de eso se trata realmente. De caer muerta de amor sin haberte probado suficiente, de enamorarme de los mates que todavía no compartimos y de tus muecas tratando de indicarme el ancho de basto (en mi imaginación las señas no te salen y nosotros siempre nos quisimos).

Me niego a quererte.
Me niego a sentir.

El amor me pone estúpida y así teniéndote sin tenerte soy feliz.
No quiero idealizar nuestra historia en mi cabeza sin tener la certeza de que vamos a vivirla.


Llevate tu forma de mirarme, tan llena de todo, lejos de mi. No me agarres de la mano, no quieras más de lo que te di. Por favor, no me enamores y haceme de todo menos sentir.

miércoles, 26 de junio de 2013

Mis dos yo

Tal vez lo que me entristece es descubrir que no estoy amando. Qué triste, ¿no? Vivir sin amar. No amarte a vos, no amar a nadie, no amar, me vuelve más loca de lo que ya estoy. Es que en la búsqueda inconsciente y desesperada de amar, termino odiando a todo el mundo. Inconsciente porque mi yo más recurrente quiere estar solo, aunque acompañado.
¿Nos vamos lejos? Hablo conmigo y con mi otro yo. Ojalá pudiera escapar con alguien. Ahora.

Nos fuimos. Y si te cruzo por ahí, no sé con qué “yo” te vas a encontrar. En todo caso, suerte. Porque, admito, no es fácil lidiar con ninguno de los dos.

lunes, 24 de junio de 2013

Eterno

Te hice poesía. En realidad poesías, en plural. Pero lo que importa acá es eso, que te convertí en varias poesías juntas. Una persona, mucha inspiración, muchos poemas. No podría ser de otra manera. Tengo más textos que momentos con vos. Me encanta. Amo que llenes mi cuaderno de renglones escritos. O, para qué mentir, mi carpeta "Fiuchi" de textos formato .doc.
Pasa que al escribirte (y entiéndase "escribirte" como escribirte a vos y no "para" vos), te voy inventando a mi manera. Yo elijo cuándo empieza y cuándo termina. Si me aburro, añado el punto final. Si me arrepiento, suprimir o borrar. Si no me satisface, cierro sin guardar. Si necesito pensar, los tres puntos suspensivos...
Punto y aparte para no necesitarte y punto seguido para tenerte al lado mío.
Pero lo mejor no es nada de eso. ¿Querés saber? Lo mejor es que no puedo teclearte para siempre. Que en algún momento llega el punto final. Si, eso es bueno, porque es real. Nada dura para siempre.
Aunque, ahora que me percato, si quería escribirte a la perfección, fallé desde el primer poema. En cada palabra te hice eterno... Y yo que pensaba que, los que escribimos, podíamos describir perfecto una realidad. Pero ni vos sos eterno ni yo poeta.
Mejor suelto las teclas y te voy a buscar.


J. Fiuna

domingo, 23 de junio de 2013

Vos y yo

Quise amarte sin atarte, entre tanta desconfianza que hoy anda por ahí, reinante. Y ahora… ni nosotros dos, ni vos y yo, ni vos ni yo.
Contaminarte de mis ganas locas e inestables de vivir,  enseñarte el arte de poder relajarte en una vida desestructuralizada, sin patrones agobiantes que te jueguen una pasada. Y por eso… ni nosotros dos, ni vos y yo, ni vos ni yo.
Quise dejarte, que andes, que palpes, y que vuelvas cuando lo necesitases, pero fuiste vos y eso te asustó. Y ahora ni nosotros dos, ni vos y yo, ni vos ni yo.
Mostrarte mi más puro yo, desnudé mi alma, me mostré sensible e intacta, indefensa y exacta. Y luego… ni nosotros dos, ni vos y yo, ni vos ni yo.

Por mostrarte mis maneras, exponerte mis ideas, regalarte mil maneras de vivir a mi manera. Por amarte sin medidas, por pedirte que tan solo vivas, por haberme engañado convencida de que así entenderías… es que hoy no somos ni nosotros dos, ni vos y yo, ni vos ni yo. 

J. Fiuna

martes, 18 de junio de 2013

Carta I

¿Por dónde empezar? Es muy probable que ya a esta altura estés separando mi saquito azul, y esté libre de recuerdos. No me malinterpretes, no estoy volviendo, no es como en tiempos pasados. Solo que a veces trato de imaginarte sin mi.  Tal vez el egoísmo me esté dominando de nuevo. Decirte que te extraño… no es verdad ni tampoco adecuado. Disculpá la frialdad con la que te hablo, quiero evitar recordarte con qué calidez nos amamos.
¿Cómo estás? ¿Habrás dejado de fumar tantos atados? Decime que la perra está comiendo, no sabés cómo la extraño. Es irónico que nuestro amor se haya acabado y que nunca hayamos puesto fotos en ese portarretratos, ¿Sigue vacío colgando en la pared?. Reacomodar los muebles del departamento no va a borrar mi cuerpo marcado sobre ellos. Casi dos años de historia no se olvidan por acumular fracasos, ni esparcir recuerdos.
Que encuentres la forma de rearmarte. De re-amarte. Amate. Sigo sosteniendo, el amor propio es la mejor arma mata-fantasmas para volverte a enamorar. Amate, así te podés amar. Amate, así te pueden a amar. Ámense para amarse.
Se que siempre criticaste mi forma libre y espontánea de vivir, soy así. También poco cuerda, inestable, y… bueno, un porco terca.
No te prohíbas del sabor de probar otra cintura, otros labios. Puede que no sean los que te besen para siempre, pero no está mal disfrutar de lo equivocado, mientras tenemos tiempo, ¿Sabés? Ya va a llegar lo indicado.  
Quizás por un tiempo te falten las caricias en la espalda para conciliar el sueño. Y se que me culpás también por eso. Pero es mucho mejor cuando esas caricias vienen de alguien que te ama, ¿no coincidís conmigo? Te amé mucho, y en algún momento dejé de hacerlo. Nadie fue preso por dejar de sentir.

Ya es momento de despedirme, otra vez. ¡No todo es tan malo! Te dejé el lado izquierdo del sommier, para que se estiren junto a vos las posibilidades de encontrar quien te acompañe. Pero compartí con la perra, también. Acordate, que la condición siempre fue dormir de a tres. 

J. Fiuna

lunes, 17 de junio de 2013

Seductora confusión

Hoy va a verlo de nuevo. Tacos, maquillaje y el perfume que a él le gusta. Al menos, eso fue lo que le dijo. Dice tantas cosas que las palabras ya sobran. Sólo quiere divertirse. Poco importan los otros perfumes que se le impregnan, es más, a ella eso la motiva. Sabe que esa noche se pertenecen pero mañana él pertenece a otra cualquiera. Es que el juego de querer distinguirse entre las demás la enciende, la atrapa, la enreda. Dulce seductor que contra la pared desata sus encantos. Hoy se pertenecen, hoy es suyo, hoy a las demás les gana, canta victoria y, satisfecha, se despide con su mejor descaro.
Cuando siente que lo pierde, más lo busca, más lo quiere.

 “¡Que pare de querer irse de acá!”

Él piensa que está celosa, pero en verdad, solo quiere ganar. Entonces empieza el juego: ella lo busca sin buscarlo, termina haciendo con que él piense que es quien la busca, y así, enredándolo a él también, se le llena el ego de besos que no son solo de ella, pero que esta noche consiguió. Cuanto más la ignore, más la tiene.

“¡Pero si solo quiero divertirme! ¿Qué mejor para él? Nada de abrazos, «te extraños» o regalos. Regalame los mejores suspiros en cualquier lado.”

Claro, es que, le encanta que no sea suyo, pero al mismo tiempo, la confunde. Ella quiere que él la elija, y nada más, pero detesta perder la batalla con la rubia que anda dando vueltas, o con la morocha que quiere sacarle el puesto. Entonces sigue buscándolo, encontrándolo, amándolo por noches enteras, o la mitad de ellas, ¿Qué importa?, es consciente de que puede terminar protagonista en la historia que no quería, en la que ella misma se metió. Cuando se percata, se frena. Todavía le queda un poco de autocontrol. No quiere enamorarse. ¿Cómo se hace?

“Si no te quiero conmigo pero tampoco con nadie más. Y amarte de a ratos me hace derrapar. ¿Nos prometemos suspiros eternos pero sin exclusividad?”.

Ya ni sabe lo que piensa, tampoco quiere pensar. Quiere divertirse, y nada más. Pierde el eje, a veces lo llora, ya no sabe en qué confiar.
Dulce seductor que contra la pared desata sus encantos. Hoy se pertenecen, hoy es suyo, hoy a las demás les gana, canta victoria y, ya no tan satisfecha, se despide con sus peores dudas.


 “¡Quiero que seas mío y de todas las demás!”.

J. Fiuna

domingo, 16 de junio de 2013

Llueve

Llueve. Llueven. Llueve afuera. Llueve adentro. En mi cuarto, en mi casa, en mí. Llueven momentos. Llueven recuerdos. Llueve, y en cada gota, las cosas que nunca te voy a decir. Llueve en mi vida, llueven los besos. Llueven los días que pasan sin contarte que cada vez que llueve te deseo conmigo empapando la cama con nuestras ganas de volvernos a sentir.

J. Fiuna

sábado, 15 de junio de 2013

Nuestro teatro

Y así, jugando a no querernos, nos morimos por matarnos pero nos tragamos el papel de ajenos. 

De cuánto nos perdemos...

J. Fiuna