miércoles, 22 de febrero de 2017

Un café conmigo

No me sale escribir a pedido, tampoco escribir mucho. Me sale lo que me sale cuando lo siento, si no no logro combinar las palabras. Tal vez por eso jamás pueda lanzar mi propio libro.

No sé hacerlo con una frecuencia impuesta, probablemente bajo presión nunca escriba nada. O escriba lo peor que haya existido.

Me acalora admitirlo pero no tengo ninguna inspiración y cuando preguntan por mis referentes nombro autores que olvidé pero que alguna vez he leído. Sí, olvido hasta mis libros preferidos.

Nadie me inspira. Escribo porque necesito.

Jamás sé sobre qué se va a tratar. Me entero prácticamente con ustedes, me leo a la par. Escribiendo me descubro y me describo.

Escribir es como tomarme un café conmigo.

Probablemente sea la primer escritora que no entienda nada de lo que es escribir.

"¿Escritora? ¿De verdad te vas a definir así?"
Para mí serlo es mucho más que tener algo publicado, o haber leído todo, o haberte inspirado en alguien. Me digo escritora por el simple hecho de que escribo porque existe un impulso que no puedo contener.

Escritor es todo aquel que escribe porque no puede no hacerlo.
Mal o bien, guste o no, por o para quién.

- Un placer, gorda.
- Lo mismo digo, yo pago el café.