viernes, 21 de agosto de 2015

Aceptarse

No tengo ninguna intención de agradar a la gente, ni de ocultar mi sexualidad en cada una de mis artes.
Escribo sexo, bailo sexo y modelo sexo también. 
La sensualidad es arte y es parte de la vida de todos.
Aquellas personas que se espantan y se llenan la boca de prejuicios acerca de mí, mis fotos, mis escritos, acerca de mí en definitiva, son exactamente el tipo de personas que no quiero cerca en mi vida y, te digo más, el tipo de gente que me empeño en alejar.
Amo amarme como soy y que nadie pueda hacer nada al respecto.
Y que hablen, me encanta que hablen. Me encanta hacer ruido y causar tanto rechazo que, al final, no les quede otra que aceptarme como soy.
Que no les quede otra que aceptarse a ustedes mismos, también. Porque la aversión, el odio y todo tipo de sentimiento negativo hacia los demás, no es más que un reflejo de lo no resuelto en nosotros.

Fiuna Laino

lunes, 27 de julio de 2015

Duda

¿Quién va a extrañar más? 
Cuando me vaya de acá y ya no pueda quejarme de viajar apretada, ¿Van a extrañar escucharme quejar? ¿Cuántos? ¿Quiénes? 
¿Quién va a extrañar más?
Yo, por verlos extrañarme demasiado, o ustedes, que sin saber dónde ni qué ni cómo solo tienen una certeza: que ya no estoy.
Me angustia pensarlo. A todos.
Vinimos al mundo para irnos pero parece ser que nadie se acuerda.
¿Será ese el secreto? Vivir como si nunca fuese a pasar nada... como si fuesemos a tener esos afectos/trabajos/cosas para siempre. 
Vinimos amnésicos a vivir una vida que no sabemos si es un regalo, un castigo, ni siquiera si es vida realmente.
Venimos con amnesia y nos vamos con olvido. 
Nos olvidamos de todos los besos, los pesos, y los autos cuando nos vamos y solo nos queda una duda:
¿Quién va a extrañar más?

J. FIUNA

viernes, 17 de julio de 2015

Puedo

Puedo vestir de rojo
ajustando la silueta;
también ir suelta por la vida
con el jean holgado y roto.

Puedo ensuciarte el oído
diciendo las cosas más vulgares;
también hacerte reír
confesando mis verdades.

Ser de amante la más suelta
y de mujer lo que se espera.
Esperarte con la cena
o cenarte tras la espera.

Puedo mucho cuando hay poco.
Paro un poco cuando es mucho.
Extrañarte y no decirlo,
y si valés la pena, lucho.

Tiempo al tiempo me dijeron,
que siendo libres nos queremos.
No atemos besos a la cama
y encamemos nuestros versos.

Fiuna Laino

viernes, 29 de mayo de 2015

Sexificados

En una sociedad en la que, en líneas generales, la mujer se "sexifica" para conseguir amor, y el hombre finge amor para obtener sexo, no imagino otra cosa que relaciones frustradas.

¿No sería más fácil si apuntáramos todos a una sociedad distinta en donde la honestidad y transparencia pasaran a un primer plano?
Yo quiero esto, vos esto otro, ¿coincidimos? Bárbaro.
Si no llegáramos a coincidir buscaríamos en otro lado.

Pero si todos nos vendemos de una cierta manera, sea hombre o mujer, lo más saludable para ambas partes es que sea cierta ¿no?
Nada puede salir bien si nos basamos en el engaño.

Amemos más. Sea breve, superficial, duradera o intensamente, cada uno a su manera, pero mintámonos menos.
Me gustaría ser testigo del fin del odio latente entre géneros.

Fiuna Laino

viernes, 18 de abril de 2014

No me mires así. Si te sostengo la mirada, alguien va a tener que sostenerme a mí.

miércoles, 30 de octubre de 2013

¿A qué lugar querés llegar con esa sonrisa? Llevame.

J. Fiuna

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dulce seductor

Hoy va a verlo de nuevo. Tacos, maquillaje y el perfume que a él le gusta. Al menos, eso fue lo que le dijo. Dice tantas cosas que las palabras ya sobran, solo quiere divertirse. Poco importan los otros perfumes que se le impregnan, es más, a ella eso la motiva. Sabe que esa noche se pertenecen pero mañana él pertenece a otra cualquiera. Es que el juego de querer distinguirse entre las demás la enciende, la atrapa, la enreda.

Dulce seductor que contra la pared desata sus encantos. Hoy se pertenecen, hoy es suyo, hoy a las demás les gana, canta victoria y, satisfecha, se despide con su mejor descaro.

Cuando siente que lo pierde, más lo busca, más lo quiere.

 “¡Que pare de querer irse de acá!”

Él piensa que está celosa, pero en verdad solo quiere ganar. Entonces empieza el juego: ella lo busca sin buscarlo, termina haciendo con que él piense que es quien la busca, y así, enredándolo a él también, se le llena el ego de besos que no son solo de ella, pero que esta noche consiguió. Cuanto más la ignore, más la tiene.

“¡Pero si solo quiero divertirme! ¿Qué mejor para él? Nada de abrazos, «te extraños» o regalos. Regalame los mejores suspiros en cualquier lado.”

Claro, es que le encanta que no sea suyo, pero al mismo tiempo, la confunde. Ella quiere que él la elija, y nada más, pero detesta perder la batalla con la rubia que anda dando vueltas, o con la morocha que quiere sacarle el puesto. Entonces sigue buscándolo, encontrándolo, amándolo por noches enteras, o la mitad de ellas, ¿Qué importa?. Es consciente de que puede terminar protagonista en la historia que no quería, en la que ella misma se metió. Cuando se percata, se frena. Todavía le queda un poco de autocontrol. No quiere enamorarse. ¿Cómo se hace?

“Si no te quiero conmigo pero tampoco con nadie más. Y amarte de a ratos me hace derrapar. ¿Nos prometemos suspiros eternos pero sin exclusividad?”.

Ya ni sabe lo que piensa, tampoco quiere pensar. Quiere divertirse, y nada más. Pierde el eje, a veces lo llora, ya no sabe en qué confiar.

Dulce seductor que contra la pared desata sus encantos. Hoy se pertenecen, hoy es suyo, hoy a las demás les gana, canta victoria y, ya no tan satisfecha, se despide con sus peores dudas.


 “¡Quiero que seas mío y de todas las demás!”.


J. Fiuna