Tengo que escribirla.
Y que se entienda con esto que digo que abarco todas las acepciones de la palabra.
Tengo que escribirla a ella, para ella, y sobre ella.
Todas las preposiciones sobre su nombre.
Todas las tildes sobre sus curvas.
Todos los puntos para cada uno de sus límites (si los hay).
Todas las comas donde se me permita seguir inspirándome.
Es que ella es eso: inspiración.
Tengo que escribirla.
Me imagino las letras en su cuerpo como tatuajes de la poesía que inspira.
Surgiendo cada letra, cada frase por el mismo cuerpo que las lleva.
Fuente de toda imaginación, inspiración y fantasía.
Es que mujer ¿sos consciente de tu propia anatomía?
Dibujaría un paréntesis en tus pechos con mis manos
Trazaría fino con mi lengua toda tu silueta
Haría comillas con mis dedos a ambos lados de tu mujería
Dejándote marcada toda la historia, haciéndote historia.
Condenándote a ser eterna en tu cuerpo, en tu memoria, en tu propia poesía.
domingo, 12 de noviembre de 2017
miércoles, 22 de febrero de 2017
Un café conmigo
No me sale escribir a pedido, tampoco escribir mucho. Me sale lo que me sale cuando lo siento, si no no logro combinar las palabras. Tal vez por eso jamás pueda lanzar mi propio libro.
No sé hacerlo con una frecuencia impuesta, probablemente bajo presión nunca escriba nada. O escriba lo peor que haya existido.
Me acalora admitirlo pero no tengo ninguna inspiración y cuando preguntan por mis referentes nombro autores que olvidé pero que alguna vez he leído. Sí, olvido hasta mis libros preferidos.
Nadie me inspira. Escribo porque necesito.
Jamás sé sobre qué se va a tratar. Me entero prácticamente con ustedes, me leo a la par. Escribiendo me descubro y me describo.
Escribir es como tomarme un café conmigo.
Probablemente sea la primer escritora que no entienda nada de lo que es escribir.
"¿Escritora? ¿De verdad te vas a definir así?"
Para mí serlo es mucho más que tener algo publicado, o haber leído todo, o haberte inspirado en alguien. Me digo escritora por el simple hecho de que escribo porque existe un impulso que no puedo contener.
Escritor es todo aquel que escribe porque no puede no hacerlo.
Mal o bien, guste o no, por o para quién.
- Un placer, gorda.
- Lo mismo digo, yo pago el café.
No sé hacerlo con una frecuencia impuesta, probablemente bajo presión nunca escriba nada. O escriba lo peor que haya existido.
Me acalora admitirlo pero no tengo ninguna inspiración y cuando preguntan por mis referentes nombro autores que olvidé pero que alguna vez he leído. Sí, olvido hasta mis libros preferidos.
Nadie me inspira. Escribo porque necesito.
Jamás sé sobre qué se va a tratar. Me entero prácticamente con ustedes, me leo a la par. Escribiendo me descubro y me describo.
Escribir es como tomarme un café conmigo.
Probablemente sea la primer escritora que no entienda nada de lo que es escribir.
"¿Escritora? ¿De verdad te vas a definir así?"
Para mí serlo es mucho más que tener algo publicado, o haber leído todo, o haberte inspirado en alguien. Me digo escritora por el simple hecho de que escribo porque existe un impulso que no puedo contener.
Escritor es todo aquel que escribe porque no puede no hacerlo.
Mal o bien, guste o no, por o para quién.
- Un placer, gorda.
- Lo mismo digo, yo pago el café.
jueves, 22 de diciembre de 2016
Miradas
Se habla de las miradas
Y ellas hablan también
Dicen cuánto llevan arrinconado en el alma
Son el alma misma manifestada
Miradas que miraron igual
Nunca la mismo expresaron
Es que se puede copiar un verso
Pero nunca del ser un pedazo
Se habla de las miradas
Como si éstas no pudieran defenderse
Los ojos pueden percibir
Lo que mil bocas juzgar no pueden
Una mirada para cada ser humano
Solo eso lo distingue, lo hace diferente
Lo revela, lo delata, lo expone
Y por más que intentemos
No nos libraremos nunca
Del fatalismo de ser lo que somos
Bajo estas pupilas transparentes
Y ellas hablan también
Dicen cuánto llevan arrinconado en el alma
Son el alma misma manifestada
Miradas que miraron igual
Nunca la mismo expresaron
Es que se puede copiar un verso
Pero nunca del ser un pedazo
Se habla de las miradas
Como si éstas no pudieran defenderse
Los ojos pueden percibir
Lo que mil bocas juzgar no pueden
Una mirada para cada ser humano
Solo eso lo distingue, lo hace diferente
Lo revela, lo delata, lo expone
Y por más que intentemos
No nos libraremos nunca
Del fatalismo de ser lo que somos
Bajo estas pupilas transparentes
Puedo
Puedo vestir de rojo
ajustando la silueta;
también ir suelta por la vida
con el jean holgado y roto.
Puedo ensuciarte el oído
diciendo las cosas más vulgares;
también hacerte reír
confesando mis verdades.
Ser de amante la más suelta
y de mujer lo que se espera.
Esperarte con la cena
o cenarte tras la espera.
Puedo mucho cuando hay poco.
Paro un poco cuando es mucho.
Extrañarte y no decirlo,
y si valés la pena, lucho.
Tiempo al tiempo me dijeron,
que siendo libres nos queremos.
No atemos besos a la cama
y encamemos nuestros versos.
ajustando la silueta;
también ir suelta por la vida
con el jean holgado y roto.
Puedo ensuciarte el oído
diciendo las cosas más vulgares;
también hacerte reír
confesando mis verdades.
Ser de amante la más suelta
y de mujer lo que se espera.
Esperarte con la cena
o cenarte tras la espera.
Puedo mucho cuando hay poco.
Paro un poco cuando es mucho.
Extrañarte y no decirlo,
y si valés la pena, lucho.
Tiempo al tiempo me dijeron,
que siendo libres nos queremos.
No atemos besos a la cama
y encamemos nuestros versos.
Percibirse
Lindo aquél momento en que nos percibimos
Cómo fuimos registrados uno por otro
Magnífico aquel momento irrepetible
En que nos mutuamente la existencia nos dimos
Hablo de cómo es posible vivir a partir del otro
Y no el otro ya haber existido
De cómo al mirarte hoy se me hace tan obvio
De cómo es que antes no te había visto
Porque amarte es amar como supe que amaría
Y tenerte es tener como supe que tendría
Y aca me tenés amándote existiendo
Hablo de una existencia menos literal que la vida
Bello aquel momento en que nos encontramos
En el medio de las 4 cuadras que nos dividían
Cómo fuimos registrados uno por otro
Magnífico aquel momento irrepetible
En que nos mutuamente la existencia nos dimos
Hablo de cómo es posible vivir a partir del otro
Y no el otro ya haber existido
De cómo al mirarte hoy se me hace tan obvio
De cómo es que antes no te había visto
Porque amarte es amar como supe que amaría
Y tenerte es tener como supe que tendría
Y aca me tenés amándote existiendo
Hablo de una existencia menos literal que la vida
Bello aquel momento en que nos encontramos
En el medio de las 4 cuadras que nos dividían
sábado, 30 de julio de 2016
Carta a nadie
Escribirte es un tanto
ilógico. Te estoy pensando cuando aún ni te conozco. Qué loco, saber que por
ahí andarás, tal vez ahora cocinando su plato preferido… me da un poco de celos
que todavía no sepas el mío. ¿Sabrás ya que ella es tu amor equivocado?
Escribirte es un tanto alocado. ¿Cuántas historias viviremos antes de encontrarnos? ¿Sabés? A veces me canso de ir probando, ayer creí que eras él, pero fueron las ganas de tenerte que me traicionaron. Me está pasando seguido…
Tengo miedo de que no existas, escribirte sería un tanto siniestro en ese caso.
Ya no quiero imaginarte… ¿Te gustará tanto como a mí el arte? ¿Compartiremos los mismos ideales? Qué raro me resulta pensarte… me faltan las formas de tu figura para personificarte.
Escribirte es un tanto impensado. Te busco en cada beso, en cada abrazo. Me doy cuenta de que no sos vos… ¿por qué el retraso?
Ok. Supongo que al ser también impuntual no tengo el derecho de recriminarte. Casi genero nuestra primera discusión sin que puedas enterarte.
Escribirte se me está tornando complicado, realmente. Creo que voy a parar, ya empiezo a sentirme demente.
Espero que el tiempo nos disponga un encuentro. Cuando sea el momento, ahí te espero. Ya quiero saber cómo vamos a conocernos, ¿Será de esas historias que con nuestros hijos compartiremos?.
Bueno, deseame suerte. En dos horas tengo una cita y tengo que arreglarme.
¡Pará! No tenés por qué celarme. Quién te dice hoy es por fin el día para dejar de
pensarte, y con tu silueta toparme. Me voy, todavía tengo que maquillarme. Qué
bueno es todavía tener tiempo de equivocarse.
lunes, 18 de julio de 2016
Josefina
En su recorrido visual me divisó un segundo;
suficiente para moverme todo adentro.
De aquellas sensaciones que se archivan,
ella pudo con todo lo que no un año entero.
Es difícil entender que en su registro
jamás estará ese instante.
Es que a esa edad son capaces de vivir y olvidar,
justo como quisiéramos nosotros, los grandes.
La primera nena de la familia.
Convirtió en madre, abuelos, tías.
Hoy tiene 3 años y ya habla más que todos juntos.
Inventa todo, todo imagina; su cabecita casi rubia es un
mundo.
Y yo a mis 24 me veo en ella
y pienso que quisiera recordar todo:
los primeros pasos, palabras, los juegos.
Entonces queremos forzarlo todo en una foto.
Como si verse reflejada mañana ayudase
a recordar las horas que todos, sin excepción, olvidamos.
Tal vez buscamos el milagro
de haber visto crecer a una prodigio a nuestro lado.
Nena, si mañana esto que te escribo sobrevive;
si tu memoria no lo conserva, quiero decirte:
que el labial está bien así, corrido;
que el barro no importa si fue divertido;
que el libro también se escribe.
Que por más que te corrijamos, no te corregimos tanto.
Es que crecer en este mundo es un espanto.
Es algo nuevo para vos, y para nosotros aún también lo es.
Nena, quiero decirte que aunque hagamos todo al revés
ser como sos es lo mejor que podés ser.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo del blog
-
►
2013
(22)
- ► septiembre (1)